En la semana desde el 9 de noviembre inició la siguiente fase de las pruebas de movimiento de trenes del Metro de Quito para comprobar el protocolo de tracción y frenado que implica la carga de peso dentro del tren para simular la capacidad máxima que se espera durante la operación.
Son 100 toneladas de peso muerto, es decir sacos de arena, que se distribuyen a lo largo de los 6 coches o vagones del tren. Con este peso, que es la carga máxima, el tren es llevado al punto de mayor inclinación del túnel para probar que los frenos funcionen correctamente y que el tren no retroceda o resbale. Posteriormente, se comprueba la tracción, es decir que el tren se empiece el movimiento con toda la carga y en pendiente.
Al momento se están realizando las pruebas tipo, es decir en uno de los trenes y el siguiente paso será realizar las pruebas serie, que significa realizar las pruebas en el resto de los 17 trenes que componen la flota de la primera línea del Metro de Quito.
Para Damián Bolaños, uno de los operadores de los trenes del Metro de Quito, con estas pruebas se puede ver que “los trenes ya están moviéndose, ya los tenemos en funcionamiento y muy pronto estaremos listos para brindar el mejor servicio para la ciudad”.
La EPMMQ reafirma su compromiso de construir la obra de movilidad y transporte más importante de la historia moderna de la ciudad.