Solanda se convirtió en el punto de encuentro para festejar los dos años de operación comercial del Metro de Quito, un sistema que ya forma parte de la rutina, y de la vida, de miles de personas, devolviéndoles el tiempo y la dignidad.
La Plaza Comercial y Cultural ‘La J’ celebró con música, baile y una activación barrial que reunió a familias y vecinos. Entre abrazos y anécdotas, contaron cómo este sistema subterráneo les cambió el día a día: llegan más rápido, viajan más seguros y ahorran tiempo que ahora pueden dedicar a su familia o trabajo.
Una celebración que conectó a la capital
La activación principal se realizó en el popular barrio de Solanda, frente a la estación del Metro de Quito, donde más de 600 vecinos disfrutaron un espacio lleno de música, emociones y orgullo por este sistema que ya forma parte esencial de su día a día.
De forma simultánea, se realizaron activaciones en las estaciones Labrador y San Francisco, con conexiones en vivo que simbolizaron la unión de la ciudad a través del Metro. En estos puntos se instaló una escenografía que recreaba las puertas de un tren abriéndose con una pantalla digital que mostraba los principales hitos alcanzados en estos dos años.
Todas estas acciones se desarrollaron bajo el lema “Metro de Quito, 2 años abriendo puertas”, que recoge el espíritu de cambio, cercanía y oportunidades que el Metro impulsa en la vida de los quiteños.
El Metro que mueve la ciudad… y la economía
En su intervención, el alcalde Pabel Muñoz recordó que el Metro no solo transformó la movilidad, sino que también inyectó cerca de USD 185 millones en la economía quiteña. A lo largo de las 15 estaciones, los negocios crecieron entre 30% y 40%, y cada parada se convirtió en un pequeño motor de movimiento comercial.
En el ambiente también se respiraba orgullo ambiental: el uso del Metro ha evitado que 130.000 toneladas de CO₂ lleguen a la atmósfera. Es como sembrar 6 millones de árboles en Quito.
Un sistema que no se detiene
Juan Carlos Parra, gerente del Metro, resumió estos dos años en cifras que hablan un servicio responsable: 116 millones de viajes, 170.000 viajes diarios en promedio y, en días récord, se han superado los 270.000 usuarios. “Son millones de puertas que se han abierto a los sueños, a los proyectos, a reencontrar a la familia y a recuperar tiempo y ese es el mejor regalo para la ciudadanía”, afirmó.
Parra dio un dato que sacó aplausos: Quito es la primera ciudad del país donde la cédula funciona como medio de pago, con casi 400.000 vinculaciones.
Edison Flores, de la Plaza de Comercio de Solanda, contó que el Metro impulsó al barrio como nunca antes: “Cada día llegan más visitantes. Eso fortalece nuestro trabajo, nos abre oportunidades y nos devuelve el ánimo. Solanda ha crecido”. Los comerciantes tienen testimonios similares, hay más movimiento, seguridad y gente recorriendo la zona.
Danza y murga en cada estación
Además, a lo largo de la mañana, en doce estaciones se llevaron a cabo diversas activaciones artísticas con la participación de grupos de danzas folclóricas, murgas y colectivos artísticos locales. Guías educativos acompañaron las presentaciones con información, datos, recomendaciones y contenidos pedagógicos de Cultura Metro con los usuarios, fortaleciendo el vínculo comunitario y el sentido de pertenencia con el sistema.
En Solanda, la cantante ecuatoriana La Coya, artista que triunfa en Francia, abrió la jornada con un espectáculo lleno de ritmo y energía. La llegada del alcalde Pabel Muñoz provocó abrazos, fotos y muestras espontáneas de cariño por parte de los vecinos, reflejando la cercanía y apropiación ciudadana del Metro.
Historias que inspiran y celebran el futuro
Durante la activación se presentó el nuevo spot “Abriendo Puertas” y un video con tres testimonios ciudadanos que reflejan los beneficios, emociones y transformaciones que el Metro ha generado en cientos de miles de familias.
Las activaciones en Solanda, Labrador y San Francisco cerraron con música, expresiones culturales y actividades que invitaron a los ciudadanos a bailar, compartir y celebrar juntos este camino de modernidad, seguridad e innovación que Quito ha construido en comunidad.
El desafío para este tercer año de operación, que inicia hoy, es demostrar que los cambios positivos en los comportamientos ciudadanos, a lo que denominamos Cultura Metro, deben reproducirse también en superficie.
