El Metro de Quito es el sistema de movilidad sostenible que además de mejorar la dinámica social, cultural y económica de la capital, permite reducir la huella de carbono al ser un sistema de transporte 100 % eléctrico.
Durante los primeros seis meses de operación del Metro de Quito (diciembre 2023 a mayo 2024), se realizaron más de 25 millones de viajes en este subsistema, lo que ha implicado evitar la emisión de 27.461,26 toneladas de dióxido de carbono, CO2. Este dato equivale a la cantidad de CO2 que más de 1,2 millones de árboles remueven del medioambiente cada año en el planeta.
Esta metodología de cálculo fue desarrollada por la empresa Metro de Quito con el apoyo del el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador y la Secretaría de Ambiente del Distritito Metropolitano de Quito.
Esta acción implica la reducción de emisión de gases de efecto invernadero que se podrían dar con la utilización de otros medios de transporte. Estos gases tienen la capacidad de absorber y emitir radiación infrarroja, los cuales, al aumentar su concentración tienen una incidencia directa en el aumento de la temperatura en el planeta, lo que se conoce como el efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global.
De esta manera, la movilidad sostenible aporta a mejorar la calidad de vida de quienes viven en Quito, minimizando los impactos adversos del cambio climático, buscando soluciones integrales y a largo plazo para no afectar la salud y no incrementar la huella de carbono de la ciudad más linda del mundo.
Mientras más personas prefieran movilizarse en el Metro de Quito, menor será el impacto negativo al medioambiente. Por eso, el uso frecuente del Metro de Quito se convierte en otra manera de generar un cambio en la calidad de vida de una ciudad que renace.