Jenny Boullón y Patricio Albuja son los dos usuarios más constantes del Metro de Quito en la estación San Francisco, en pleno Centro Histórico. Ambos fueron reconocidos por su uso frecuente del sistema de transporte subterráneo, en el marco de la campaña cívica ‘De Vuelta al Centro’.
Jenny, de 46 años, trabaja en el sector y ha realizado 668 viajes, convirtiéndose en la usuaria con más validaciones en esta estación. Patricio, vecino del Centro y beneficiario de tarifa reducida, acumula 600 recorridos.
El reconocimiento fue entregado por empresas privadas aliadas de la campaña, como una forma de incentivar el uso constante del Metro de Quito. Este tipo de premios se repetirá periódicamente, destacando a quienes eligen moverse con frecuencia y compromiso desde este punto estratégico de la ciudad.
De vuelta al Centro
‘De Vuelta al Centro’ es un proyecto que articula esfuerzos de la empresa privada y las entidades municipales para revitalizar el Centro Histórico, potenciar su atractivo turístico, fortalecer la identidad quiteña y dinamizar el comercio local. Entre las acciones impulsadas con el apoyo del Metro de Quito destacan la siembra de 270 geranios para embellecer los balcones del acceso a la Casa San Francisco, así como la difusión de mensajes sobre el cuidado del espacio público en las pantallas de los trenes.
Impacto del Metro en el desarrollo productivo de Quito
A año y medio desde su puesta en operación, el Metro de Quito se ha consolidado como un eje transformador para la movilidad y la economía de la ciudad. Además de reducir significativamente los tiempos de traslado y descongestionar las vías, ha impulsado el comercio formal e informal alrededor de sus estaciones, generando nuevas oportunidades de empleo y reactivando zonas estratégicas como el Centro Histórico.
Su integración con otros medios de transporte y su accesibilidad han fortalecido la productividad de los quiteños, facilitando el acceso a empleos, educación y servicios esenciales, mientras contribuye a la reducción de emisiones contaminantes. Sin duda, el Metro no solo es un símbolo de modernidad, sino también un catalizador del desarrollo sostenible de la capital.